miércoles, 25 de febrero de 2015

El Patrimonio del Ayuntamiento de Sevilla: Una historia compartida



Discurso de Presentación del libro Historia y Patrimonio del Ayuntamiento de Sevilla, que tuvo lugar el pasado 24 de febrero de 2015 en el Salón Colón del Ayuntamiento: 

Una historia compartida. Este podría ser el comienzo para este trabajo que hoy presentamos y que para mí no es algo extraordinario, es simplemente la obligación de un historiador del arte como quien les habla, que tiene la inmensa fortuna de recaer en una institución como lo es el Ayuntamiento de Sevilla y que ha contado desde el principio con el apoyo incondicional tanto de la delegada de cultura como del alcalde. Un maridaje perfecto cuando se une el historiador y el político en un tandem en el que prima la libertad. La historia está repleta de antecedentes felices que hicieron avanzar en la tutela del patrimonio cuando al frente de las instituciones culturales se apoyó la cultura como un elemento clave en el proceso democratizador. Estoy pensando en André Malraux que aunque ha sido severamente criticado por Marc Fumaroli en su obra El Estado Cultural, acusándolo de dirigista, creo que fue realmente quien primeramente puso las bases en la Europa moderna de lo que es la Cultura con mayúsculas como elemento clave en la instrucción pública.  Precisamente en el decreto de nombramiento de Malraux como Ministro encargado de Asuntos Culturales en 1959 se produce este feliz maridaje “El ministro del Estado tiene como misión hacer accesibles las obras capitales de la humanidad, y en primer lugar de Francia, al mayor número posible de franceses, asegurar la más vasta audiencia a nuestro patrimonio cultural, y favorecer la creación de obras de arte y del espíritu que lo enriquezcan”. Esta declaración se parece a la que hizo uno de los intelectuales claves en nuestra historia hispalense y el verdadero baluarte en la creación del primer museo municipal, José Gestoso del que pronto celebraremos su centenario y que contó igualmente con el apoyo político necesario para crear en 1886 el primer museo municipal en esta Casa Grande y lo hizo para “salvar de su pérdida las antiguas memorias de esta ciudad, ya las que al presente se conocían, ya las que fuesen apareciendo en las obras que emprende el municipio”. Es necesario señalar que justo cuando en Andalucía comienzan a despertar las primeras iniciativas museológicas a nivel institucional, sobre todo en los municipios y que han sido estudiadas por José Ramón López Rodríguez, paralelamente surge una corriente en Europa que negaba el museo positivista como depósito de los conocimientos eruditos y que justificaba Veléry en un artículo de 1923 criticando estas instituciones porque significaban “la victoria del documento sobre Venus, del harén sobre el verdadero amor”.
Esta corriente se vio reflejada en el pensamiento de Menéndez Pelayo e incluso en el de Ortega y Gasset que recriminaban para el museo un papel de “enterradores de la verdadera creación” e incluso llegando a poner en duda Ortega que fuera el museo el lugar donde el hombre sensible pudiera tener sus emociones artísticas. Aún así y al margen de esta filosofía imperante en algunos intelectuales el artículo de la revista Bética daba cuenta en 1916 de la fundación del museo municipal de Sevilla reconociéndosele un papel de centro de enseñanza y subrayándose el papel de salvaguarda del patrimonio para evitar la salida de nuestras fronteras de colecciones importantes para conocer la esencia de nuestra historia. Y la respuesta había venido años atrás porque Gestoso hizo todo lo posible para la adquisición del monetario de Mateos Gago -una de las más desconocidas e importantes colecciones numismáticas de toda Europa que es propiedad municipal- y que estoy seguro en los próximos años no solo estará catalogada en su integridad, sino expuesta en el marco del proyecto Patrimonium Hispalense.



El trabajo que hoy presentamos y en el que he contado con el apoyo de Marcos Fernández Gómez tiene como único propósito la elaboración de un discurso, de un hilo conductor que presente las ricas colecciones municipales no como una suerte de bienes culturales dispersos que han llegado por aluvión, sino como productos culturales que explican ahora mejor que nunca la historia de nuestra ciudad y sobre todo el mecenazgo capitular y las heridas del tiempo escritas en la historia de nuestro país. Hemos hecho un esfuerzo por olvidarnos de facto del museo de la ciudad como un único contenedor. Lo que aquí se presenta no cabría en ningún edificio por el simple hecho de que el verdadero y auténtico museo son los diferentes espacios, museos y centros que han acogido y son susceptibles de acoger las obras de arte que hoy aparecen aquí estudiadas e insertadas en un discurso nuevo. Esta es la razón por la que los responsables de que estos bienes hayan llegado en perfectas condiciones hasta hoy son en buena parte los museos que los han acogido y estoy pensando en el Museo Arqueológico y Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla a cuyas directoras Concepción San Martín primero y Ana Navarro en la actualidad y a Montserrat Barragán agradezco su compromiso y colaboración total en dibujar esta historia compartida. Pero contamos también con los nuevos centros que hemos abierto en este mandato y los que son susceptibles de ser creados con la ordenación que aquí queda planteada para garantizar su conservación y puesta a disposición de la sociedad para su educación y disfrute. Todo ello ha sido posible gracias al equipo de investigadores que han colaborado en la elaboración de esta obra en dos volúmenes y más de 860 páginas en las que se puede ver una correspondencia total entre los espacios y las obras que albergan y que aparecen estudiadas de forma razonada en el segundo volumen. De esta forma hemos querido plantear una lectura transversal de nuestro patrimonio capitular que por vez primera se vislumbra de forma totalizadora, global y con voluntad integradora y moderna. En nombre de Marcos Fernández y en el mío propio quiero agradecer a María del Mar Sánchez Estrella la confianza depositada en nosotros y sobre todo el respeto a nuestras decisiones y la independencia en nuestro criterio a la hora de seleccionar a los autores para construir este edificio que tiene como único fin la correcta lectura de nuestra historia y la obligación moral de ponerla en manos de todos los ciudadanos. Una libertad de criterio que ha sido siempre respaldada por nuestro Alcalde al que hoy y desde aquí quiero agradecer su confianza, respeto y apoyo en todas las decisiones que me han guiado en estos años en lo que atañe a la parcela de mis competencias. Algunas complicadas pero que siempre han encontrado en él su respaldo y su mayor comprensión. Es esa confianza la que ha hecho posible que hoy hayamos culminado este trabajo en el que desde el Servicio de Publicaciones, Archivo, Biblioteca y Fototeca se han volcado todos los funcionarios sin excepción de forma ejemplar. Citarlos a todos es imposible pero desde luego sí quiero dejar constancia de su entrega y profesionalidad tanto a Inmaculada Molina por su corrección de textos y a Elena Hormigo por coordinar la ingente cantidad de material fotográfico que superan las 900 ilustraciones. Nada hubiera sido igual si no hubiéramos contado con la poesía visual de un maravilloso ilustrador de imágenes como es la fotografía de Pepe Morón que pone sensibilidad y espíritu en cada instantánea al igual que la colaboración de Agustín Vidal. Y por supuesto el apoyo del BBVA que desde el principio en la figura de Luis Odriozola y Carmen Pérez Espejo tuvo su acogida y respaldo en la persona de su director territorial Javier Pérez Cardete. Y para el final lo mejor. Este trabajo no hubiera sido posible sin la colaboración de las diferentes delegaciones del Ayuntamiento. No es un proyecto del ICAS, es un proyecto de toda la corporación donde han sido piezas fundamentales las diferentes delegaciones implicadas en ello como es la Delegación de Hacienda titular de los bienes culturales aquí estudiados en la persona de su delegada Asunción Fley, la Gerencia de Urbanismo en la figura de su Delegado Maximiliano Vilches como ente encargado de gestionar y rehabilitar muchos de los espacios aquí estudiados, la Delegación de Participación Ciudadana por impulsar y crear el Centro del Mudéjar en la figura de su Delegado Beltrán Pérez y la Delegación de Fiestas Mayores por ser la responsable de los carteles de Fiestas de Primavera en la figura de su Delegado Gregorio Serrano y en el Delegado de Relaciones Institucionales Javier Landa como responsable de la Casa Consistorial. A todos gracias porque habéis hecho este libro vuestro, este libro de todos, algo de lo que siempre he aprendido de nuestro alcalde Juan Ignacio Zodio, ver los logros de los demás como logros de todos, como logros de los sevillanos, como logros de los andaluces que hoy tenemos más razones para creer que el patrimonio es un elemento en el que todos reconocemos nuestras propias señas de identidad como proyecto de ciudad.

3 comentarios:

Carlos Crivell dijo...

Tu profesionalidad y tu trabajo son un tesoro que Sevilla no puede perder. Enhorabuena por esta obra "compartida" que nos ayudará a conocer mejor el patrimonio de la ciudad.

Boro dijo...

A la cabeza de mujer del Lázaro he visto en el catálogo que la ponen como círculo de Velázquez...
¿Posible Murillo atribuido a taller? AL menos alguien parece que así lo piensa y se ha lanzado a pagar 270 mil libras

Boro dijo...

perdón por el olvido
http://www.sothebys.com/en/auctions/ecatalogue/2015/old-master-british-paintings-l15030/lot.360.html