domingo, 22 de mayo de 2016

El instante preciso de Guillermo Pérez Villalta reencontrado entre los dibujos de Alonso Cano de los Uffizi: I Segni nel Tempo

I Segni nel Tempo. Dibujos Españoles de los Uffizi es un proyecto de investigación que hemos podido llevar a cabo gracias a la Fundación Mapfre y la colaboración del Gabinete de dibujos y estampas de los Uffizi y fruto del cual es la exposición que tiene lugar en las salas de exposiciones de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Muchas personas me han preguntado por el sentido del nombre de la exposición: I Segni nel Tempo. El nombre es la clave para entender no solo la investigación sino una forma de trabajo y un modo de sentir, de ver y de estudiar el mundo del dibujo. Esas señales en el tiempo son las marcas, inscripciones, grafías, sellos, señales que se convierten para los especialistas en dibujo en una forma de comunicación íntima, secreta y casi indescriptible entre el historiador y el objeto amado el diseño. Pocas formas de expresión artística cobran una mayor capacidad comunicativa y de goce como es la obra gráfica. Y esas señales en el tiempo fueron también la clave para entender no solo el pasado sino también el presente y el futuro de la voluntad artística de los creadores. Así fue como encontramos en el verso de una de las hojas halladas entre los dibujos del granadino Alonso Cano pero despreciada por la crítica, una de esas señales del tiempo. Era una carta que le fue enviada al pintor, escultor y arquitecto Alonso Cano donde se le citaba para que compareciera a examinar a unos testigos con un notario en la Iglesia de San Miguel, probablemente de la ciudad de Granada.

El artista como en una de las lecciones de dibujo de Antonio Muñoz Molina ha reutilizado uno de esos papeles que tenía en su obrador:
http://elpais.com/diario/2007/12/22/babelia/1198283957_850215.html
En ese rincón en el que habita la arqueología de los recuerdos, Cano halló el soporte donde dar rienda suelta a su imaginario, a su idea, al sentido más extenso de la libertad. Y esa voluntad artística, ese impulso irrefrenable de creación, sin saberlo, sin pretenderlo, daba sentido al Instante preciso de Guillermo Pérez Villalta. Es un jinete el que gozoso, libre, desnudo y sin prejuicio alguno nos habla de la creación, de la belleza, de lo clásico, de la arcadia, del mito del eterno retorno. Volver, volver, al origen, al principio:


El Instante preciso fue el momento en el que la hoja apareció ante nuestros ojos. Como en una suerte de catarata de imágenes que se agolpaban en nuestra retina varios nombres surgieron en la mente: La pluma de caña canesca desde luego para reconocer la mano, la grafía característica del granadino que conjuga libertad y clasicismo al mismo tiempo. Como uno de los jinetes que desfilan en el friso del Partenón en la procesión de las Panateneas, su dignidad y grandeza es palpable, desnudo como el origen del mundo. Sin nada, apenas el leve girar de su cabeza como mirando al pasado de lo que se desprende con gallarda apostura porque delante de él solo hay futuro. Y las otras dos imágenes que nos vinieron a la cabeza: Picasso y Pérez Villalta.

Los trazos libres y esquemáticos pero seguros en la intensidad con la que Cano apretó la caña y la dilución del inchiostro en el papel denotan garra y oficio mediterráneo. Ese mismo carácter de hombre del sur que hay detrás de los rasguños de Picasso y que señalan su decisión y seguridad en el trazo. Y libertad, la del Instante preciso de Guillermo Pérez Villalta que capitanea el Ayuntamiento de Granada desde 2002. Contra viento y marea, luchando contra los ciegos, abriéndose camino entre los que con anteojeras no saben que el futuro empieza hoy. El futuro empieza en las señales del tiempo.

Y no deja de ser paradójico que el jinete con los ojos vendados sea el que sin prejuicios y libre cabalgue gozoso porque su origen estaba en un granadino, un artista que defendió la libertad de creación y que practicó por igual la pintura, arquitectura, escultura, y que -como espíritu libre- también fue incomprendido por la ceguera de las instituciones que afortunadamente y gracias a la grandeza de las señales del tiempo hoy cobran más sentido que nunca en las carpetas del gabinete de dibujos y estampas de los Uffizi. El dibujo guardado celosamente gracias a la pasión coleccionista de un comerciante florentino que los coleccionó en 1745 en Madrid, Giovani Filippo Michelozzi y de un escultor florentino que los donó en 1866 a la institución florentina, Emilio Santarelli. Ahora todo cobra sentido y se cierra un círculo de creación, olvido y honor a la libertad. La del Instante preciso que cabalga ya en el ideario colectivo de todos los granadinos.


domingo, 21 de febrero de 2016

Juan Manuel Rodríguez y Antonio José Gil contribuyen a la recuperación de la Cruz de la Virgen de la Fuensanta de la Catedral de Murcia robada en 1977

Hoy El País en su sección Verne nos transmite una noticia que es todo un ejemplo de lo importante que es la labor educativa que hacemos los profesores en la tutela de los bienes culturales y sobre todo en identificar a los mismos como signos, valores y vestigios de nuestra propia identidad. Dos jóvenes estudiantes de historia del arte de la Universidad de Murcia Juan Manuel Rodríguez y Antonio José Gil han reencontrado, gracias al conocimiento mantenido en el tiempo del robo del tesoro de la Virgen de la Fuensanta en 1977, entre otras cosas la cruz pectoral y el collar que el cardenal Belluga encargó para el tesoro de la Virgen a finales del siglo XVIII.  El video de la sala de subastas Arts Valua en youtube que permitió la identificación colgado en internet por la sala de subastas -que desconocía su procedencia ilícita- fue la pista que siguieron los dos estudiantes citados para informar de su localización:




Ante la posibilidad de que fuera esta la cruz robada en 1977 lo pusieron en conocimiento de su profesor de historia del arte, el Dr Manuel Pérez Sánchez, especialista en artes suntuarias quien lo comunicó a la delegación de patrimonio de la Guardia Civil sin resultado alguno, curiosamente. La insistencia de los jóvenes estudiantes a través de familiares ante el cuerpo de la benemérita en Alicante hizo que finalmente se actuara. Y esto es lo que ha permitido que se hayan recuperado hace tres días el pectoral y el collar robado de la catedral de Murcia como informaba ABC hace tres días.
Dos cosas importantes sacamos de esta noticia. La primera, la labor fundamental que desarrollamos los profesores día a día con nuestros alumnos formando a futuros investigadores y transmitiendo el amor al conocimiento y a la tutela del patrimonio.
En segundo lugar las posibilidades cada vez mayores que ofrecen las redes sociales para todo el que quiera colaborar, usándolas como elementos que contribuyan a la investigación.
Para mi es una noticia muy reconfortante y emocionante, sobre todo porque cada día tengo más fe y confianza en las personas que tengo la fortuna de formar y educar, transmitiendo valores de estudio, deleite y amor por las señas de identidad y por los elementos patrimoniales que forman parte de nuestra cultura, ahora recuperados para le disfrute de las generaciones venideras.